“En la recién finalizada semana santa, en el barrio habanero del Vedado, la de la parroquia de Léster Zayas, fue prohibida la procesión, por ser considerada peligrosa”

En una entrevista con la agencia BBC News Mundo, el párroco cubano Léster Rafael Zayas, de la Iglesia Sagrado Corazón de Jesús, en el Vedado, La Habana, dejó saber a la opinión publica internacional, porque el régimen comunista de Cuba, considera peligrosas sus homilías.

En la entrevista Léster Zayas, de 45 años, expresó que «es imposible ser sacerdote en Cuba sin decir lo que está pasando aquí, pero claro, esto trae muchos conflictos».

En la entrevista publicada este martes, Zayas recordó que, en marzo anterior, durante Semana Santa, el régimen no aprobó la procesión del Santo Entierro que él había solicitado en tiempo.

De acuerdo con el párroco cubano, en esa ocasión, la negativa vino dada en relación con el sacerdote de la iglesia, indicó la institución religiosa en un comunicado en redes sociales.

«Lamento los inconvenientes que esta negativa pueda traer y el sinsabor que pueda provocar en el pueblo. Así mismo, lamento que se vea maltratada la libertad religiosa de una parcela del pueblo de Dios, por cosas que podrían ser tratadas en un diálogo franco y sereno», dijo entonces el párroco.

«Podría siempre hablar del cielo y olvidar las cosas terrenales, pero el Evangelio y Jesucristo nos llevan directamente a la Tierra, a entrar en contacto con la gente», explicó a la BBC Mundo Zayas en una entrevista telefónica.

Sin embargo, abordar asuntos terrenales en Cuba es hablar de un país sumido en una continua crisis económica marcada por la escasez de alimentos, la emigración masiva y la deficiencia energética, problemas que el gobierno atribuye a las sanciones que desde hace décadas impone Estados Unidos.

Zayas explicó al medio noticioso que, «Es imposible ser sacerdote en Cuba sin decir lo que está pasando aquí, pero claro, esto trae muchos conflictos».

Según la vigente Constitución de 2019, Cuba es un Estado laico que reconoce y garantiza la libertad religiosa, sin embargo, en la práctica las congregaciones están estrictamente supervisadas por las autoridades y tienen prácticamente vetado el acceso a la educación y los medios.

En la Semana Santa, celebrada a finales de marzo, el régimen castrista autorizó 111 procesiones en todo el país y prohibió al menos dos: una en la ciudad oriental de Bayamo y otra -por segundo año consecutivo- en el barrio habanero del Vedado, la de la parroquia de Léster Zayas.

«Según la información que me dieron mis superiores, se denegó exclusivamente por mí, porque por lo visto en las homilías ofendo o molesto a determinadas personas o estas consideran peligrosas mis homilías», asegura Zayas al medio.

El medio noticioso intentó contactar con representantes del gobierno cubano para solicitarles su versión sobre los hechos, sin embargo, explica que no tuvieron éxito para tratar de obtener su versión.

Por su parte, el padre Léster Zayas considera «absurdo» el veto «porque las procesiones no son un deseo del párroco; a mí personalmente una procesión me dice poco, pero es algo que pide el pueblo».

La decadencia del régimen comunista en Cuba

Al ser cuestionado sobre que cosa proclama el padre Zayas en sus homilías, este respondió, «Lo que digo en las homilías es que no es posible ver la realidad aquí y aceptar como normal el sufrimiento de la gente».

«Que el mal no va a vencer siempre, que la noche no va a ser eterna, que tenemos que pensar como pueblo qué podemos hacer para apurar el amanecer, que qué hemos hecho para llegar a estos a estos niveles, que hemos perdido el norte», dijo Zayas.

«Cuba está muriendo», explica Zayas, cuando el país atraviesa por la peor crisis de la historia.

La endémica crisis de la economía cubana, anclada en un modelo productivo estatista y centralizado que muchos consideran ineficiente, se ha venido agravando desde la pandemia por la caída del turismo, reformas que no dieron los resultados esperados y el endurecimiento de las sanciones financieras de Estados Unidos, entre otros factores.

Esto se pone de manifiesto a través de cortes de electricidad frecuentes, escasez de todo tipo de productos -desde alimentos y medicinas hasta combustible- y en el mayor éxodo de la historia de la isla: más de medio millón de cubanos, aproximadamente el 5% de la población, ha emigrado a Estados Unidos, España y otros países en los últimos dos años y medio.

Ante esta enorme crisis, el padre Léster Zayas considera que su misión es escuchar a sus feligreses y dar respuesta a los «clamores del pueblo».

«Me cuentan que no les alcanza para comer; que sus niños van a la escuela sin apenas desayunar porque no hay pan; que muchos ancianos se han quedado solos y viven en la desesperanza por la catástrofe migratoria; que la gente no tiene futuro y todos están esperando un visado para irse del país”, explica.

“Que los enfermos no tienen medicamentos, aunque, según el discurso oficial, somos una potencia médica; que cada vez hay más hombres y mujeres viviendo en la calle», agregó Zayas.

«Responder a estos clamores del pueblo supone buscarte problemas, dificultades, porque sabes que cuando alzas la voz a favor de la gente vas a tener allí una pared infranqueable que va a intentar acallarte por varios medios», agregó el padre cubano.

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