“Los últimos cubanos abrazados de la bandera se inmolaron por la patria en Granada”, repetían los medios castristas causando un sentimiento eufórico de tristeza entre la población

Corría la década de los 80´s y el régimen dictatorial de Fidel Castro tenia alrededor de 700 hombres en la isla de Granada en una supuesta misión de la construcción de un aeropuerto cuyas dimensiones eran desproporcionadamente mayores para el uso de vuelos comerciales.

En esta época la dictadura comunista cubana influenciada por la Unión Soviética, tenia miles de hombres en diferentes países del mundo, amparándose y justificado por la doctrina comunista del internacionalismo proletario.

De esta forma Fidel Castro puso a miles de soldados cubanos y armamentos en varios lugares llegando a ser el país con más tropas militares fuera de la isla y con el mayor numero de armamentos, a pesar de la permanente crisis económica que ha tenido Cuba durante los 64 años de sistema comunista.

Dentro de las aspiraciones de Fidel Castro estaba la expansión comunista en América Latina incluyendo a los países del Caribe y fue a Granada bajo la administración de Maurice Bishop, líder del Movimiento New Jewel, movimiento izquierdista Marxista-Leninista.

El gobierno de Maurice Bishop que derrocó por la fuerza en un golpe de estado a Eric Gairy, se adhiere a la línea del Marxismo-Leninismo y se alinea con la Unión Soviética Y Cuba, promoviendo la militarización del país a pesar de tener un pequeño ejército.

El régimen de Cuba no pierde tiempo y envía a Granada 700 hombres entre militares y trabajadores de la construcción, a construir el supuesto aeropuerto civil. El entonces presidente de Estados Unidos Ronald Reagan señaló a este aeropuerto y varios otros sitios como evidencia de la amenaza potencial de Granada hacia los Estados Unidos.

El gobierno de Estados Unidos acusó a Granada de construir instalaciones para ayudar a la militarización soviético-cubana en el Caribe, y de ayudar al transporte soviético y cubano de armas a los insurgentes en Centroamérica.

El 19 de octubre de 1983, una facción también socialista liderada por el viceprimer ministro Bernard Coard saca del poder a Bishop; quien fuera ejecutado más tarde por esta misma facción. Hudson Austin se autoproclamó primer ministro con el apoyo de Coard y sus aliados.

Por su parte, la Organización de Estados del Caribe Oriental (OECS) pidió ayuda a los Estados Unidos, Barbados y Jamaica, quien decide tomar acciones militares contra el régimen de Austin y Coard, en una acción llamada “Código Furia Urgente”.

En la mente maquiavélica de Fidel Castro, salta la brillante idea de enviar a Granada al entonces coronel Pedro Tortoló Comas, un oficial-enlace del ministro de las FAR y uno de los pocos negros en aquel entonces con algún rango alto.

La intensión de Castro era clara, cuando en un discurso televisado comparó a Tortoló con el General Antonio Maceo, enviándolo al frente de la misión suicida en Granada. Se pretendía crear un mártir en la figura de Tortoló, pero la jugada le salió mal.

Dentro de los más de 700 hombres que tenía Cuba en Granada, la mayoría eran constructores y se tomo el Servicio Militar Obligatorio como preparación militar, suministrándoles armas y algunos morteros, contra la 82 división norteamericana, que en todo momento evito la confrontación contra civiles cubanos.

La invasión a Granada, que comenzó a las 05:00 del 25 de octubre (dos días después de los graves atentados de Beirut), fue la primera gran operación realizada por el ejército de Estados Unidos desde la Guerra de Vietnam.

A través de los medios oficialistas cubanos, comenzaron las transmisiones ininterrumpidas de reportes sobre lo que sucedía en la invasión de EEUU a Granada, a pesar de que el propio régimen había dicho con anterioridad que la comunicación se había interrumpido.

De repente, el régimen comunista, asumiendo que su plan de convertir a Tortoló y a los cubanos en mártires, lo cual se convertiría en una excusa contra los Estados Unidos comienza a divulgar un enunciado que decía algo así:

“Los últimos cubanos abrazados de la bandera, se inmolaron por la patria en Granada”, lo cual causó una conmoción dentro de la población, donde muchas personas rompieron en llanto y la tristeza colectiva lleno el ambiente social en Cuba.

Sin embargo, muy pronto se daría a conocer la verdadera realidad y la manipulación del gobierno castrista contra su pueblo, además de develar sus verdaderas intensiones con los cubanos que se encontraban en Granada, a quienes había enviado a morir de forma premeditada.

El coronel Tortoló, quien era un oficial de academia y sin experiencias de combate, decidió refugiarse en la embajada rusa, tras ver que no podría hacer nada en contra de un ejercito muy superior a las fuerzas cubanas, que habían sido enviadas a morir.

Para ponernos en contexto, estos hechos se dan luego de que, en 1980, se produce la crisis de la embajada del Perú, donde miles de cubanos se refugiaron para escapar de la dictadura castrista, y Fidel Castro pensando que no se le iba a ir tanta gente abrió las puertas para que todo el que quisiera salir lo hiciera,

Sin embargo, no contaba con que más de 125000 cubanos abandonaran la isla, lo que trajo una caída de la imagen del dictador Fidel Castro, quien aprovechó en conflicto en Granada y sabiendo que tendría lugar una invasión mantuvo al personal cubano en la isla.

De esta forma y con la muerte de todos estos cubanos en Granada, el gobierno castrista tendría la excusa perfecta para arremeter contra los Estados Unidos, pero la jugada le salió mal.

A los pocos días Pedro Tortoló aterrizaba en la Habana y mediante un saludo militar exclamó a Fidel Castro, ¡La misión encomendada por el partido y gobierno cubano ha sido cumplida”!

En esta confrontación, Cuba tuvo 25 muertos, 59 heridos y 638 personas tomados como prisioneros, por tan solo alimentar el ego del caudillo Fidel Castro.

Poco después por el testimonio de varios civiles sobre la confrontación, Tortoló y varios de sus oficiales fueron degradados y enviados a pelear en Angola para según el dictador Fidel Castro resarcir sus errores.

A casi 40 años de esta vergüenza sufrida por el régimen militar, muchos cubanos han muerto en países como Angola, Namibia, el Congo y en muchos otros lugares solo por el afán guerrerista del régimen castrista, hechos que jamás debieron suceder.

Si todo el dinero que ha invertido el régimen comunista cubano hubiera sido invertido en el desarrollo de la sociedad cubana, hoy Cuba no estuviera atravesando una de las peores crisis económica de toda la historia, mientras el actual mandatario asignado habla de continuidad y suena tambores guerreristas de la mano de Rusia.

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