“Las dictaduras de Cuba y Nicaragua le temen al libre pensamiento de la población, razón por la cual prohíben las procesiones y marginan a los religiosos, sin embargo, no pueden cambiar los pensamientos”

Las dictaduras comunistas de Cuba y Nicaragua mostraron sus verdaderas caras al prohibir las procesiones en Semana Santa, que según un análisis del diario español “El Mundo”, ambas dictaduras no gustan de las procesiones.

De acuerdo con el medio, el régimen de Nicaragua, bajo el mando del dictador Daniel Ortega, desplegó a sus fuerzas represoras de forma masiva para maniatar o prohibir las procesiones de Semana Santa en Nicaragua.

Sin embargo, Nicaragua no fue la única, la dictadura cubana también se prohibió varias procesiones en distintos lugares del país, con el objetivo de evitar que la ola de protestas nacida hace dos semanas en Santiago y Bayamo pudiera repetirse.

De acuerdo con la investigadora Martha Patricia Molina, el Gobierno de Managua prohibió 4.800 procesiones en toda la Cuaresma y destinó a un pequeño ejército, más de 4.000 agentes de la Policía Nacional, para vigilar y asediar a los laicos que asistieron a las actividades religiosas que se realizaron en el interior de los templos.

«Siete laicos fueron encarcelados únicamente por pagar sus promesas (como marca la tradición), que realizaron para esta época», dijo Molina.

“Que Dios les perdone tanta maldad y que les conceda el arrepentimiento por todo el daño que hacen. San Benito no salió, quedó en la puerta del perdón, lado interno del templo. Pero, nadie ni nada secuestró la fe del pueblo”, escribió Molina en su perfil de Facebook.

A pesar de las prohibiciones de las dictaduras, las iglesias han contado con mayor presencia de fieles este año, aun bajo las amenazas y presencia no sólo de policías, también de paramilitares. Los vía crucis sólo se podían realizar en el interior de las iglesias.

«El cuerpo del Resucitado enseña con su esplendor que la muerte no es la palabra definitiva, y que todos los que pretenden dominarnos y esclavizarnos produciendo represión, tortura, encarcelamientos, temor o muerte, no serán para siempre los dueños y señores de la tierra», sentenció el padre Edwing Román, uno de los sacerdotes católicos exiliados en Estados Unidos.

Según explicó el medio, varios de los que fueron desterrados hace semanas junto al obispo rebelde, Rolando Álvarez, han decidido llevar a cabo su exilio en España. Para la dictadura de Ortega, una vez aplastada la oposición política, tanto la Iglesia Católica como las ONG son su principal objetivo en la actualidad.

Por su parte, obispos y sacerdotes aprovecharon sus homilías para profundizar en sus mensajes de esperanza. Frente a ellos, el Gobierno desplegó un rosario de actividades religiosas para mitigar el impacto de las manifestaciones católicas.

«Mientras la dictadura sandinista esté presente en Nicaragua la persecución a la Iglesia y libertad religiosa continuará porque Daniel Ortega y su mujer no conciben que en Nicaragua exista algo diferente a su proyecto dictatorial. Y en Cuba están aprendiendo», sentenció Molina.

Por su parte, el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) denunció a través de su perfil en Facebook, las prohibiciones de la dictadura cubana a que se hicieran procesiones en la Diócesis de Bayamo, tras las protestas del 17M en esa zona.

“El régimen cubano prohíbe las procesiones de Semana Santa en la Diócesis de Bayamo, tras las protestas del 17M en esa zona. El OCDH condena las violaciones a la libertad religiosa en #Cuba y la represión de los actos públicos”, escribió la organización que vela por los DDHH en Cuba.

La represión en Cuba apuntó directamente a las zonas que más preocupan al gobierno tras las protestas de los últimos días. El Observatorio de Derechos Humanos de Cuba (OCDH) reportó prohibiciones o limitaciones en las diócesis de Bayamo, en una parroquia habanera de El Vedado y en el municipio de Sagua la Grande, en la zona central de la isla.

Según el OCDH, durante 2023, el régimen castrista desencadenó 936 actuaciones contra el ejercicio de actividades religiosas en la isla.

Por años las dictaduras comunistas han tenido miedo al libre pensamiento de las personas, en Cuba ser religioso era una negativa rotunda para acceder a una carrera profesional y mucho menos era elegible para pertenecer a cualquier organización.

Los religiosos en Cuba siempre se vieron como personas poco confiables y siempre se les violó sus derechos humanos, catalogándose como escorias de la sociedad.

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