“Los esbirros del régimen comunista de Cuba, dijeron al periodista que sabían que esas ayudas eran de la contrarrevolución y el Ministerio del Interior no dejará que personas como tú desprestigien al país”

El periodista cubano José Luis Tan Estrada, denunció a través de sus redes sociales, que fue detenido por dos agentes de la Seguridad del Estado cuando salía de su casa, en la ciudad de Camagüey donde vive y que los agentes castrista le quitaron el teléfono celular y la mochila, en la cual llevaba medicamentos para donaciones.

“Me quitaron el teléfono celular y la mochila, en la que llevaba medicamentos, principalmente insulina, y donaciones para niños del hospital Pediátrico”, explicó el periodista, quien hace una labor humanitaria ante la crisis provocada por el régimen, que ha llevado al país a la quiebra.

De acuerdo con Tan Estrada, los agentes lo trasladaron hasta la unidad de Villa María Luisa, sede de la Seguridad del Estado en Camagüey, identificando a los represores cubanos como mayor Cristian y el Capitán Marcelo, el segundo no lo conocía con anterioridad, además se encontraba un instructor al cual identificó como Rafael.

En un cuarto que el periodista describe como “lleno de churre”, los tres acólitos del régimen comunista sometieron a un interrogatorio y amenazaron al comunicador social, por ayudar a las personas necesitadas en la provincia agramontina.

En medio del interrogatorio, el supuesto mayor Cristian, le grita al periodista diciéndole que él estaba ahí por “contrarrevolucionario”, y por traer ayudas donadas por contrarrevolucionarios», y ellos «no iban a aceptar ni permitir nada del enemigo».

Así mismo, intimidaron al comunicador amenazándolo con que, «no tenía personalidad jurídica ni trabajaba en ninguna organización legal».

«Nosotros tenemos pruebas (no me las enseñó) de que esas ayudas son de la contrarrevolución y el Ministerio del Interior no dejará que personas como tú desprestigien al país», dijo Cristian al periodista cubano.

Los represores castristas, hicieron mención durante el interrogatorio de la cubana y amiga del comunicador Lara Crofs, quien realiza una labor humanitaria con personas necesitadas, catalogándola de una mala influencia.

Durante el arresto no faltó la típica pregunta del régimen comunista, que cuánto nos pagaban por lo que hacen, ya que según el régimen detrás de cada ayuda hay un plan para desestabilizar a la «Revolución».

Sin embargo, la respuesta del periodista cubano fue contundente, «Nuestro único plan es ayudar por amor a esos que tú «Revolución» ha destruido y abandonado».

De igual forma, los agentes comunistas dijeron al comunicador que, «si no estaba de acuerdo con el sistema del país que me fuera de aquí». Una práctica usual de régimen ya utilizada con activistas y opositores, como fue el caso de Diasniurka Salcedo Verdecia, quien recientemente se vio obligada a abandonar el país bajo amenazas de encarcelamiento.

Por otra parte, al ser cuestionado el periodista, por la ayuda que hace a las personas necesitadas, haciéndole ver que es el Partido Comunista de Cuba y el Gobierno, los únicos que pueden ayudar, este les dijo, que son precisamente estos los que mantienen al país en la condición actual.

El mayor Cristian amenazó además que le estaban «engordando» al periodista un expediente con todas mis publicaciones en redes sociales y en CubaNet Noticias , y que podía caer en un delito, porque no era un periodista de profesión, solo graduado y no trabajaba para un medio estatal sino, para uno mercenario.

Finalmente, el comunicador social fue puesto en libertad bajo amenazas, y al salir de Villa María Luisa, le pusieron una patrulla de policía a seguirlo en todo el trayecto a su casa, “tuve que esconderme en la casa de un amigo por varios minutos”.

Sin embargo, antes de salir del recinto policial, los represores castristas le dijeron en forma de sarcasmo «ahora haznos famosos», a lo que este respondió, «Sí, los haré famosos, pero por reprimir».

Cuba vive una de las peores crisis económicas de la historia, con escasez de todo tipo, sobre todo en el ámbito de la salud, sin embargo, el régimen mantiene contingentes de médicos contratados en diferentes países, por lo cual han sido denunciados como esclavitud moderna.

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