Díaz-Canel y el trafico de influencias en Cuba

Díaz-Canel presidente de Cuba y diputado, el tráfico de influencias y la falta de independencia de los poderes del estado

“Díaz-Canel presidente y diputado, es como que el ladrón sea el carcelero y el juez que impartirá sentencia sobre el mismo, algo completamente absurdo”

El presidente designado de Cuba, Miguel Díaz-Canel ha intentado justificar en múltiples ocasiones el sistema político cubano, donde predomina el trafico de influencias, un delito que es penalizado en casi todo el mundo.

Por otra parte, al ostentar el cargo de presidente y a la vez ser diputado del la Asamblea Nacional del Poder Popular, muestra una falta de independencia de los poderes del estado, ya que todos son controlados por la misma persona, lo cual demuestra que Cuba es una dictadura totalitaria.

Los medios de información oficialistas informaban hoy la visita de Díaz-Canel a Santa Clara en su condición de diputado, un hecho absurdo, ya que no puede separarse de su embestidura como presidente.

A través de su cuenta de Twitter Díaz-Canel escribía: “Camino a Santa Clara para cumplir con la palabra empeñada. Cada mes regresaremos para los recorridos de diputados por esta ciudad”.

 

Para ponernos en contexto, debemos entender que todo estado está compuesto por tres poderes y para que ese estado sea un sistema democrático, estos tres poderes deben estar separados y cada uno tener independencia de funcionamiento, algo que no sucede en Cuba.

Desde 1959, cuando Fidel Castro llegó al poder, se apoderó de estos tres poderes, el poder ejecutivo, el poder legislativo y el poder judicial, la intensión del dictador era mantener el control total de todo para de esta forma poder controlar al pueblo.

Debemos entender a grandes rasgos cara uno de estos poderes; en el poder ejecutivo se encuentra el presidente con sus ministros, el poder legislativo es la asamblea de diputados y el poder judicial, son los órganos de justicia, que para ser imparcial debe tener total independencia.

En la asamblea de diputados es donde se proponen las leyes, que pueden ser propuestas por cualquiera de los tres poderes del estado, sin embargo, al Díaz-Canel y todos los integrantes del poder ejecutivo pertenecer a la asamblea como diputados incurren en un delito llamado “tráfico de Influencias”.

Que es el trafico de influencias y como incurre el estado cubano en este

El tráfico de influencias puede definirse como: “El que lleva a cabo el funcionario o autoridad que, gracias a su cargo, procede a influir en otro funcionario o autoridad para lograr una resolución que le aporte un beneficio para sí mismo o para un tercero”.

En el caso cubano es muy simple de identificar, Díaz-Canel es el presidente, pero a la vez diputado, lugar donde se aprueban las leyes de la nación, que en más de seis décadas nunca ha encontrado oposición a ninguna de las leyes propuestas.

A pesar de que la mayoría de las leyes propuestas han causado la debacle económica por la que atraviesa hoy Cuba, difícilmente ningún parlamentario se podría oponer a cualquiera de estas, ya que en primer lugar no son votaciones secretas y segundo el presidente de la república se encuentra también en la asamblea.

De esta forma, Díaz-Canel y la cúpula castrista garantizan mostrar una falsa pantalla democrática y por otro lado aseguran que todas sus propuestas, malas o buenas, sean aprobadas sin oposición ninguna.

Por otra parte, cuando analizamos el poder judicial, donde en teoría se debería ejercer la justicia es imposible su independencia, ya que la mayoría de jueces y magistrados son de la propia maquinaria castrista, impidiendo la imparcialidad de la justicia cubana.

En los países donde se ejerce la democracia, el concepto es que un partido o un hombre no pueden controlar todos los poderes del estado, para de esta forma garantizar su independencia y poder dictar veredictos así sea sobre la figura presidencial.

Es como que el ladrón sea el carcelero y el juez que impartirá sentencia sobre el mismo, lo cual nunca va a ser posible en un sistema como el cubano, lo que demuestra que Cuba es un estado totalitario y una dictadura controlada por una cúpula.

El delito de trafico de influencias es penalizado en la mayoría de los países en el mundo y es una causal de pena de prisión para quien lo comete, sin embargo, en Cuba Díaz-Canel tiene impunidad total

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