“La turista rusa dijo que, de alguna manera ni siquiera se me ocurrió que en un hotel de 5 estrellas el agua del restaurante se serviría con una cucaracha flotante”

Una turista rusa de nombre Liseikina ha mostrado su decepción de su viaje a Cuba, publicando a través de su blog “Viajar con una cámara”, los inconvenientes que tuvo al visitar a la isla, que había gastado un millón de rublos en Cuba (casi 11 mil dólares) y que no quería volver a la isla.

Sin embargo, la turista rusa dijo que a pesar de que se podría catalogar todo su viaje a Cuba como un error, “esto no es del todo cierto”. Pero destacó que a pesar de las particularidades del país no quería regresar más, “no quiero volver allí (al menos por mi dinero)”, expresó.

La turista destacó que a pesar de que Cuba es un país muy colorido, estar allí hace pensar, para luego regresar y “sé feliz con lo que tienes”, refiriéndose a la miseria en la que esta sumergida el país.

“Antes del viaje, calculé el coste aproximado de un hotel (con tres comidas al día) para cuatro personas y estimé cuánto costaría vivir con los lugareños y comer en una cafetería”, explicó la turista.

Para su sorpresa, indica que el restaurante “pellizcó el dinero”. “Sí, mi viaje a Cuba durante 16 días costó alrededor de 1.000.000 de rublos”, señaló la turista en su post.

Por otra parte, señala la turista, que quedarse en un lugar todo incluido no fue mala idea, pues de otra forma los gastos hubieran sido mucho mayor, “porque realmente no se puede comprar comida en las tiendas, por lo que no sería posible cocinar solo. Sólo si traes paquetes de trigo sarraceno”, dijo.

Así mismo indicó, la turista, quien a través de su blog da consejos para hacer los viajes, que por el momento no encontraba una forma intermedia donde se pusiera gastar menos, quejándose de los precios en Cuba.

En forma de broma, la joven rusa indicó que podría haberse llevado una estufa eléctrica y un par de ollas, pero era completamente excesivo. El caso es que la turista rusa es fanática de té, sin embargo, en Cuba solo encontró algunas bolsas de té español y nada más.

“Con el té en Cuba todo va mal (hay varios tipos de “bolsas” españolas y ya está), así que me llevé una deliciosa infusión de Rusia”, relató la turista, que a su vez explicó que no toma café.

De igual forma, relató que, “en un hotel de 5 estrellas no había hervidor de agua en la habitación y en el restaurante traían agua tibia en lugar de agua hirviendo. Al parecer, para que los turistas no se quemen accidentalmente, porque en las farmacias no existen remedios para las quemaduras”.

“No hay nada allí en absoluto”, indicó. “Utilicé un traductor, traté de explicarle que necesitaba preparar té y lo mostré con gestos: un completo fracaso”, agregó.

En su amarga experiencia, la turista dijo que no había dado propinas, pues Cuba es un país muy diferente a todos los demás, en otros lugares tu recibes el servicio y le das una propina por la buena atención.

“A diferencia de los países normales, donde primero recibes un servicio y luego lo agradeces, en Cuba primero tienes que desembolsar unos dólares y luego esperar tener una toalla limpia en tu habitación. O no aparecerá”, criticó la joven rusa.

“Naturalmente, cuando el 90% de los turistas siguen estas reglas y llevan montañas de chocolates, cosméticos y otros regalos a las «pobres» criadas, simplemente no quieren trabajar así. Y siempre esperan que les den algo”, dijo.

“En resumen, no soy un avaro y estoy dispuesto a agradecer generosamente, pero sólo después de haber cumplido con mis deberes y prestado los servicios. Por eso, las mucamas de un hotel de 5 estrellas me miraron como a un lobo y no respondieron a mis peticiones”, relató.

Así mismo, explicó que ya le habían advertido que no esperara ningún servicio especial en Cuba, pero lo que no esperaba era que en un hotel de 5 estrellas se encontrara una cucaracha flotando en el agua.

“Pero de alguna manera ni siquiera se me ocurrió que en un hotel de 5 estrellas el agua del restaurante se serviría con una cucaracha flotante, no habría fruta y en los bares se acabarían las bebidas carbonatadas”, se quejó la turista.

Otra de las quejas, fue que le habían racionalizado el agua a medio litro por persona en la habitación. “Por supuesto, puedes encontrar agua, pero para ello tienes que ir a un bar”, agregó, sin embargo, nunca se la llevarían en servicio a la habitación.

“Bueno, o puedes esperar unos 15 minutos para ver una reacción de la chica de la recepción. Y esto no es por la cola, sino simplemente porque está “muy ocupada”, señaló en forma ironica.

“En definitiva, Cuba es especial. Conozco personas que simplemente están encantadas con esta “característica”, pero no soy yo. Me gustaba el color del país, los viejos coches americanos, la pintoresca devastación”, dijo.

“Pero no me gustó la indiferencia y la falta de voluntad de los lugareños para esforzarse y hacer algo”, culmino la turista, quejándose del mal servicio y la atención de los cubanos.

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