Trabajadores son sancionados en Santiago de Cuba por no ir al desfile del primero de mayo
“Trabajadores de los Laboratorios Oriente, del grupo de industrias biotecnológicas y farmacéutica BioCubaFarma, fueron víctimas de sanciones debido a su ausencia al desfile del primero de mayo en la ciudad de Santiago de Cuba”
Varios trabajadores de la provincia de Santiago de Cuba fueron sancionados por el régimen de Cuba ante la negativa a participar de los desfiles del primero de mayo en esta provincia, según un reporte hecho por el medio independiente Diario de Cuba.
De acuerdo con el reporte, varios trabajadores de los Laboratorios Oriente, del grupo de industrias biotecnológicas y farmacéutica BioCubaFarma, fueron víctimas de sanciones debido a su ausencia al desfile del primero de mayo en la ciudad de Santiago de Cuba.
A pesar de que estas marchas por el Día Internacional de los Trabajadores, es opcional en cualquier lugar del mundo, en Cuba es vista como una obligación política y define el estatus laboral de los obreros, impone el respaldo al régimen y les niega el derecho a exigir sus demandas.
El evidente rechazo de los trabajadores a estos actos y concentraciones masivas manipuladas por el régimen castrista es una forma de manifestarse contra la inflación, el déficit energético, la falta de alimentos, la pérdida del valor adquisitivo de los salarios y las políticas fallidas con que el Estado asfixia a sus familias.
Una de las personas afectadas fue Gisela Bermúdez, quien labora en los Laboratorios Oriente, fue tildada de reincidente y castigada a un mes sin estimulación salarial, pese a explicar que no pudo salir de su casa por falta de transporte y un pedazo de pan para que merendaran sus hijos, explicó el medio independiente.
Igual suerte corrió Olga Martínez, de la Planta de Sueros y Soluciones Parenterales, que fue amonestada porque, según el director general, Jorge Orestes Batista, «caminar en medio de un apagón —y a las 2:00AM– los diez kilómetros que median entre la Plaza de la Revolución Antonio Maceo y el reparto Abel Santamaría no es justificación para faltar a una celebración tan importante».
Otro de los trabajadores sancionados fue el cubano identificado por el medio como Charles, trabajador de la línea de vendas enyesadas, tiene en peligro su plaza laboral tras decir que «un país con escasez de todo tipo no podía darse el lujo de concentrar al pueblo para que se desmayara del hambre y se congraciara con el gobierno».
Por otra parte, comenta el reporte que a los trabajadores más jóvenes se les amenazó con cerrarle el contrato y penalizaciones salariales, porque según la Administración fueron los mayores responsables de que se ausentara cerca del 20% del colectivo que encabezó el desfile y lleva cuatro años consecutivos recibiendo la bandera de Vanguardia Nacional que confiere la Central de Trabajadores de Cuba (CTC).
Un custodio que participó en la marcha sugirió a la dirección sindical no excederse, porque hasta Ulises Guilarte, líder del movimiento obrero cubano, pidió celebrar la fecha con concentraciones en plazas y centros de trabajo, por falta de combustible para garantizar el empleo masivo de trasporte.
Otro caso que llama la atención fue el de Yudixia Sarmiento, secretaria del Sindicato de la Salud, quien pidió revisar el tema de la «desmotivación» en los centros asistenciales, y en especial en el Hospital Ambrosio Grillo,
En este centro los afiliados objetaron que no tenían dinero para ir y retornar desde los puntos de concentración, en medio del auge de la violencia y la subida del precio de los pasajes a límites inaccesibles.
Una de las doctoras aludidas contrapuso el acoso laboral a las pésimas condiciones en que trabajan, en específico las del transporte obrero, por el que en 2018 resultaron lesionados 49 trabajadores; de ellos 14 médicos, 19 tecnólogos, diez enfermeros y seis auxiliares, camilleros y secretarias.
Universitarios y trabajadores de otras industrias muestran su apatía al desfile
La apatía a participar en este desfile que en Cuba tiene matiz político, también se sumaron otras industrias y universitarios, cansados de la situación actual en la que vive el país.
Uno de los casos fue Dayan, quien fuera admitido en la Educación Superior sin aprobar los exámenes de ingreso, y que le reclamaron la supuesta bondad del régimen por no asistir a la concentración. Tras explicar sus razones de la inasistencia, lo culparon de «ser víctima de la distorsión ideológica y la intoxicación mediática».
«Podías estar en las calles, a merced de conductas antisociales, de la droga y la prostitución», así le gritaron en el aula, aseguró. «Como en el resto de las universidades, en la de Oriente, la enseñanza no es inclusiva, sino más bien excluyente y subordinada ideológicamente a las arbitrariedades», explicó el joven.
Por su parte, el doctor Velázquez, del Instituto Superior de Ciencias Médicas, fue uno de los profesores cuestionados, y recibió la amenaza de expulsión, haciéndole énfasis que «las universidades en Cuba son para los revolucionarios», y los que se gradúen o den clases en sus aulas «tienen que ser incondicionales al régimen».
En la Refinería Hermanos Díaz y en la Termoeléctrica Rente tuvieron lugar otros hechos de control y adoctrinamiento del régimen cubano, en estos centros laborales se les recordó a los trabajadores que no asistieron y jefes jerárquicos los riesgos de salud que nadie atiende y son las principales causas de los accidentes y enfermedades profesionales.
Por su parte, César Pardo, ingeniero eléctrico, recordó que más importante que esta especie de «juicios sumarios, que nada tienen que ver con la esencia de las asambleas sindicales, son los difíciles escenarios que enfrentan en ambas entidades sin cascos, botas, orejeras, caretas antigás, overoles, guantes, botiquines y puestos de primeros auxilios».
«Ningún dirigente sindical se preocupa por las patologías ocupacionales tradicionales, como laringitis nodular, hipoacusia ocupacional, dermatologías y otras enfermedades, entre ellas el asma bronquial y las afecciones cardiovasculares, osteomusculares y oftalmológicas», aseguro el ingeniero.
Por años el régimen de Cuba se ha valido de varias artimañas, como las amenazas, el adoctrinamiento y la mentira, para obligar a participaciones masivas a estos actos de carácter político, etiquetando y sancionando a quienes incumplen con su participación en estos eventos.
Sin embargo, ante la situación actual el panorama ha ido cambiando, cada vez son más las personas que abren los ojos a la realidad y se dan cuenta de las tracalerías del régimen comunista para mantener su imagen ficticia de un sistema justo y equitativo.
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