
Santeras cubanas piden por la recuperación del Papa Francisco, pero ni una oración por Damir y los niños cubanos
“Las Santeras cubanas y practicantes de la religión afrocubana realizaron este sábado una celebración espiritual rogando por la salud del papa Francisco”
Con total hipocresía, las santeras cubanas y practicantes de la religión yoruba se reúnen para en ceremonia religiosa pedir por la salud del Papa Francisco que ha estado en los últimos días con una deteriorada condición de salud que lo ha puesto en gravedad.
Paradójicamente, en condiciones delicadas de salud con peligro de morir por la necedad de un régimen como el de Cuba, se encuentra el niño Geobel Damir Ortiz Ramírez, a quien la dictadura castrista ha puesto miles de obstáculos para que pueda ser trasladado a otro país y poder darle una nueva oportunidad.
El medio oficialista Cubadebate, publica hoy como, “Una docena de personas, sobre todo de mujeres, vestidas de blanco, con turbantes y los atributos de la deidades que las protegen –collares y manillas de diferentes colores— rezaron y bailaron rogando por el Santo Padre”.
“Para que el papa Francisco se salve, se salve”, repitieron varias veces al unísono contestándose a sí mismos: “Así sea, así sea”, dicen las mujeres, que no tienen tiempo para ceremonias por los niños en Cuba, que en su mayoría los padres no tienen como conseguir ayuda.
Sin embargo, la comunidad cubana en el exilio y fundamentalmente el Gremio Médico Cubano Libre, bajo el liderazgo del Dr. Miguel Ángel Ruano Sanchez, han presionado al régimen castrista para que al menos se atienda de la forma adecuada al niño, por el cual se ha estado pidiendo una visa humanitaria para trasladarlo a los Estados Unidos.
Es indignante, ver como las santeras cubanas que representan al régimen castrista, prostituyendo la religión yoruba que por años fue perseguida por la dictadura, que hoy no sean capaces de pronunciarse a favor de los niños dentro de la isla, muchos en condiciones críticas, que el régimen no es capaz de brindarles una salud digna.
Según explica el portal oficialista, las santeras cubanas, escogieron uno de los amplios salones de la Asociación Cultural Yoruba de Cuba, donde se colocaron delante de una mesa con un mantel blanco a donde pusieron una cubeta con agua, flores y velas.
“Se hizo una misa para la salud del papa Francisco”, comentó una de las santeras, luego que terminara la ceremonia. “Queremos que se sane lo antes posible”.
En la ceremonia las santeras pidieron por la salud del pontífice a San Lázaro, que en la tradición afrocubana es conocido como Babaluaye, a Yemayá, la patrona de las aguas del mar y a San Miguel; y en varias ocasiones a lo largo de una hora las santeras hicieron rondas para entonar cánticos, elevaron sus brazos, se santiguaron con agua o rezaron el Padre Nuestro.
Pero lo mas triste que en medio de esta ceremonia, las santeras no hicieron ni una mención a los niños o a los cubanos que atraviesan literalmente por un calvario ante los apagones y una vida de escasez y miseria.
Cada vez es más evidente el poco importa de la dictadura comunista de Cuba con respecto al pueblo, la situación específica de miles de niños que se encuentran en condiciones deplorables y de centros hospitalarios en las peores condiciones de salubridad.
Mientras que las santeras cubanas ganan puntos en un show mediático para pedir por la salud de un Papa que hasta el momento ha demostrado su complicidad con el régimen comunista de Cuba, sin condenar en ningún momento la represión y el encarcelamiento injusto de personas por el solo hecho de pensar diferente.
Hoy los cubanos que están en el exterior piden desesperadamente un milagro por el niño Damir, a quien la dictadura le ha obstaculizado la posibilidad de que sea trasladado a una institución médica fuera del país.
El régimen comunista no ha tenido ni la más mínima decencia de hacer gestiones diplomáticas a través de la embajada de Estados Unidos para lograr agilizar su traslado a ese país.
Sin embargo, el problema en Cuba no es solo Damir, existen muchos más niños, esperando a que la comunidad haga visible su caso, para intentar salvar la vida de sus hijos, y mientras las santeras cubanas piden por el Papa Francisco, los niños cubanos esperan que alguien en algún momento se acuerde de ellos.
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