Presa política Lisdani Rodríguez Isaac habla de su calvario en la prisión
“Rodríguez Isaac denunció que ha sufrido humillaciones y ha llegado a tener que compartir celda con prisioneras comunes, una de ellas condenada por asesinato”
La presa política del 11J Lisdani Rodríguez Isaac hablo en entrevista con el medio independiente Cubanet, a quien explicó el duro calvario por el cual ha tenido que pasar desde que fue encarcelada por manifestarse por un cambio el 11 de julio del 2021.
En la entrevista que fue publicada por el medio a través de su canal en YouTube, Rodríguez Isaac, denunció como al detectar que estaba embarazada, el régimen castrista le dio solo una opción, la de practicarse un aborto, una de las tantas violaciones a los DDHH que comete la dictadura comunista contra las mujeres en prisión.
Durante alrededor de un mes, la oficiales de la Seguridad del Estado la presionaban para que lo hiciera. “Piensa en los años que te faltan por cumplir”, le dijeron a Rodríguez Isaac, sin embargo, esta contra todo pronóstico decidió tener a su bebé.
“Pensé que ya tenía 25 años de edad, que estaba presa desde los 22 y que saldré de prisión a los 30. No quería tener que esperar tanto para ser madre; si mi bebé llegó en este momento por algo será”, dijo la joven madre al medio periodístico.
Rodríguez Isaac cumple una sentencia de ocho años de privación de libertad por participar en las protestas del 11 de julio de 2021 en el municipio de Placetas, provincia de Villa Clara.
Luego de transcurrir varios meses padeciendo riesgos en su embarazo debido a la pésima alimentación y condiciones en el penal de Guamajal, finalmente en el mes de mayo las autoridades le concedieron una licencia extrapenal por un año. Su niña nació afortunadamente el 6 de septiembre.
Lisdani Rodríguez Isaac fue encarcelada por su participación en las manifestaciones del 11J, al igual que su hermana Lisdiany, de forma injusta y arbitraria.
El municipio de Placetas fue uno de los lugares donde estallaron las protestas del 11J, que pedían un cambio en medio de una pandemia donde el régimen comunista se desentendio por completo de un pueblo sin comida y sin protección.
En los videos que circularon de las protestas masivas, se pudo ver a cientos de personas que salieron a las calles ese día, donde gritaron consignas como “Patria y Vida”, “Díaz-Canel singao”, “Abajo Fidel”, “Abajo la dictadura” y “Libertad”.
De acuerdo con Rodríguez Isaac, “Todo fue pacífico”, pese a que se dieron algunos enfrentamientos violentos entre manifestantes y fuerzas policiales, sin embargo, explica que “la violencia siempre vino de ellos [oficiales de la Policía política]”.
Rodríguez Isaac que en ese entonces tenía 22 años de edad, contó al medio que ella y sus amigos retornaron a sus viviendas, pero se reunieron en la noche para planificar una nueva protesta al día siguiente.
Sin embargo, el 12 de julio, su casa amaneció rodeada de policías uniformados y oficiales de la Seguridad del Estado en autos y motos.
El teniente coronel Héctor de la Fe Freyre, entonces delegado del Ministerio del Interior (MININT) en Placetas, le insistió a Lisdani y a su hermana Lidiani que se entregaran.
“Les dije que si no tenía una orden de detención que se fueran, y así lo hicieron. Después decidimos salir unos días de la casa para proteger a mi mamá y a mi sobrina; nos escondimos también por temor, porque había comentarios de que estaban entrando a las casas por las noches para secuestrar a los manifestantes”, explica la presa política.
Luego que ambas hermanas fuera a la unidad policial y se entregaran, sin que mediara palabra, ambas hermanas fueron esposadas y llevadas a una celda.
“Esos días fueron terribles, éramos varias mujeres en esa celda semioscura, apenas cabíamos, ni teníamos agua potable. Héctor me amenazó con la cárcel, me decía que me acusarían de seis delitos”, contó Rodríguez Isaac.
Ambas permanecieron separadas hasta que finalmente el 20 de julio fueron conducidas a la prisión del Guamajal.
A ambas se le imputaron cargos por los supuestos delitos de “atentado”, “desacato” y “desórdenes públicos”, por lo que la Fiscalía les pedía 10 años de privación de libertad, finalmente fueron condenadas a ocho años de prisión.
“El juicio fue una mentira, un montaje de la Seguridad del Estado en el que incluso desestimaron nuestros testigos; fue un escarmiento”, dijo Rodríguez Isaac. “Cuando supe la sentencia fue muy duro”, afirmó.
“Estos tres años también han sido muy duros, es muy duro perder tu juventud ahí”, dijo al referirse a la prisión, “por algo que no has hecho; pero me autopreparé psicológicamente y estoy firme, sin bajar la cabeza”, indicó la joven.
En la prisión, Rodríguez Isaac denunció que ha sufrido humillaciones y ha llegado a tener que compartir celda con prisioneras comunes, una de ellas condenada por asesinato.
Asimismo, hablo de la comida, chícharos con gorgojos, croquetas quemadas y pan con moho fueron algunos de los alimentos que mencionó se dan en la prisión.
De igual forma comentó, que tanto ella como el resto de las reclusas les ha faltado el agua; así como el medicamentos para combatir los parásitos que les provocaba asearse con agua sucia.
“Estando embarazada, una de las guardias me impidió salir de la celda a desayunar. Yo me sentía muy mal y ella lo que hizo fue maltratarme y ofenderme, lo más chiquito que me dijo fue: ‘allá tú, mi hijo está bien en mi casa’, comentó.
“Decirle eso a una mujer embarazada, en esas condiciones y que no puede defenderse, es con el propósito de estresarla y hacerle daño”, explicó Rodríguez Isaac.
“Lo que no ha gustado es mi actitud, ellos querían que yo bajara mi cabeza. Héctor quería verme llorar, que me arrepintiera, quería que dijera que había salido a la manifestación y que era una conga. Yo me negué a hacerlo, reconocí que había salido a la manifestación porque es un derecho, no un delito”, dijo la joven.
Lisdani Rodríguez Isaac era maestra de la Escuela Primaria Enrique Hart, de Placetas, antes de las masivas manifestaciones del 11J.
Nunca antes había tenido problemas con las autoridades ni había militado en una organización política ni opositora, pero tampoco estaba de acuerdo “con este sistema porque estaba clara de que no sirve”. Fue el 11J que tuvo la oportunidad de expresarse libremente.
Como esta joven, hay miles de cubanos que hoy se encuentran en las mazmorras castristas, cuyo único delito ha sido pedir un cambio, hacer valer su derecho a expresarse libremente.
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