“Alberto Reyes expresó que no se puede seguir con una fidelidad a una ideología o a un partido si esto va en contra de la justicia, hacerlo nos convierte en cómplices”

 El padre Alberto Reyes publicó una reflexión a través de su cuenta en Facebook, donde analiza la ceguera inducida de muchos cubanos que se aferran a la ilusión sembrada por el régimen de Cuba de una revolución que no existe.

Reyes, muestra la diferencia que existe entre el llamado partidismo, la doctrina a la que se aferra el fracasado régimen comunista en Cuba, con una realidad que dista mucho de esos sueños que le fueron vendidos a los cubanos.

En su reflexión Reyes comienza explicando el concepto “catatimia”, que nubla de alguna forma, la posibilidad de ver la realidad hoy día de los cubanos.

Catatimia definición: La catatimia es la repercusión de determinado sentimiento sobre una función cognoscitiva como la percepción, tal es el caso de las ilusiones catatímicas.

“He estado pensando en la diferencia entre partidismo y evidencia social”, comenzó el Padre Alberto Reyes su reflexión.

La “catatimia” es un término psicológico que se usa para designar situaciones donde la persona experimenta una carga afectiva tan grande, que es incapaz de evaluar correctamente la realidad que tiene delante, y se aferra a la ilusión de su mente, dando por real lo que quiere creer, lo que quiere que exista y no lo que realmente existe, explicó Reyes.

¿No solemos decir, por ejemplo, que “el amor es ciego”?, continuó con una expresión que usualmente hacemos muchos.

Así mismo Reyes indicó que los sentimientos como el amor, el miedo y la incertidumbre, pueden llegar a ser tan intensos en el ser humano, que hacen que niegue la realidad evidente que tiene delante, o que la evalúe desde los afectos y no desde la razón.

“Hoy, en Cuba, se puede amar la ideología marxista, se puede preferir el modelo socialista, se puede optar por el Partido comunista, se puede ofrecer la vida por nuestros líderes políticos… Todo esto es un derecho, pero es un derecho que no puede cegar la razón ni hacer que se niegue lo evidente”, aseguró el Padre Católico de Camagüey.

Por otra parte, continuó cuestionando sobre qué es lo evidente hoy día y cuál es esa realidad que se vive en Cuba en estos momentos.

“Que la vida cotidiana es extremadamente difícil: la comida tiene precios muy por encima del poder adquisitivo de las personas, los medicamentos escasean o no se encuentran, trasladarse es dificultoso y caro, los sueldos no permiten adquirir lo necesario para la vida”, respondió Reyes en su reflexión.

“Que cuando una persona expresa públicamente su descontento, o se manifiesta a favor de un cambio de la situación social, es amenazada, acosada o encarcelada”, agregó.

“Que, al no existir la separación entre los poderes legislativo, ejecutivo y judicial, todo el poder está concentrado y manejado por los órganos partidistas del gobierno, y esto hace que el sistema de justicia esté comprometido a favor de las decisiones del Partido que rige la sociedad, lo cual significa que una persona que discrepe del sistema político actual pueda ser condenada injusta e impunemente”, denuncio el párroco.

Así mismo, agregó, que el sistema educativo ha colapsado, y es incapaz de ofrecer una formación con calidad, de igual forma “el sistema de salud es ineficiente y precario, y no puede hacer frente a las necesidades médicas de la población”, dijo Reyes.

Denuncio además que existe “un aumento alarmante de la violencia y la agresividad, elevándose significativamente los robos con fuerza, los asesinatos y los feminicidios”.

En un país donde la emigración se ha vuelto una realidad habitual en nuestras familias, con su consecuencia inevitable de abandonos, rupturas y soledades.

Esta situación puede mirarse desde distintas posturas ideológicas o partidistas, pero no puede decirse que no son evidentes, y no puede negarse que necesitan, desesperadamente, una solución, explicó Reyes.

Para finalizar Alberto reyes hizo un llamado a la población, a no dejarse llevar por las posturas ideológicas inculcadas, porque esto nos lleva a la complicidad de los crímenes cometidos por el régimen.

“Si la fidelidad a un Partido o a una ideología exige de una persona una postura en contra de la justicia, la libertad, la verdad y la prosperidad ciudadana, entonces, aceptar esta exigencia no es sólo optar por la ceguera sino elegir ser cómplice del mal. No es fidelidad sino sumisión. No es pasión sino servilismo, en contra de tu propio pueblo y, en realidad, en contra de ti mismo”, concluyó.

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