Liberan al periodista José Luis Tan luego de 5 días secuestrado por el régimen de Cuba
“El periodista José Luis Tan Estrada, contó luego de ser puesto en libertad, que estar dentro de Villa Marista es una tortura Psicológica, donde todos se sienten con impunidad para hacer lo que les da la gana”
Luego de 5 días secuestrado sin cargos en su contra, el periodista independiente José Luis Tan Estrada fue puesto en libertad, según dio a conocer la activista conocida como Lara Crofs en su cuenta de Facebook, este miércoles en la noche.
“Bandaaaa noticia fresquita y de la buena”. ¡Jose Luis Tan Estrada está libre! Acabo de hablar con él, lo regresaron a Camagüey hoy, en una guagua por la mañana”, escribió la activista cubana y amiga del periodista Tan.
“Muchísimas gracias a todos los que se solidarizaron con la causa del hermano y nos apoyaron. Gracias de verdad, el instructor le dijo que “sus amiguitos teníamos armada tremenda bulla” aquí fuera. Agradecer también a todos los medios de prensa y organismos internacionales que se sumaron a la campaña por la liberación de mi amigo”, expresó la activista.
Según explicó el medio independiente, Cubanet, Tan Estrada se comunico con ellos para quien escribe y dio testimonios sobre como fueron sus días encerrado, siendo liberado este miércoles y llevado hasta Camagüey con una multa de 4000 pesos.
Según contó Tan al medio, casi llegando a La Habana, en un punto de control en Mayabeque, “subieron al autobús dos vestidos de verde, dos boinas rojas, dos del punto de control y dos policías más”.
“Los que me secuestran son los dos vestidos verdes. Uno me dice, “usted es José Luis Tan Estrada”, y me pide el carné, mientras que el otro al mismo tiempo me pone las esposas y me dice que estoy detenido por la Seguridad del Estado por el delito de mercenarismo e información falsa”, relató Tan.
Cuenta el periodista que sintió vergüenza en el autobús en el que viajaba y que solo atinó a decir “Esto es por decir la verdad”, sin embargó, señala que nadie en el autobús dijo nada.
Desde que fue bajado del autobús, tan fue montado en un carro del G2, para llevarlo hasta Villa Marista, denunciando que, durante todo el trayecto, fue obligado a bajar la cabeza y tener las manos y los pies cruzados.
Relata además que fue amenazado para que no levantara la cabeza ni hablara y que de hacerlo iba a ser acusado de “desobediencia o desacato”.
“La comida malísima malísima. Yo tengo problemas de estómago y la acidez me golpeó mucho. Entré pesando 79 kg y ahora peso 77 y medio. La pastilla del estómago nunca me la dieron. Incluso cuando tú entras ahí, hay una enfermera que te pregunta de qué padeces”, contó Tan en sus testimonios.
“En Villa Marista fui recluido en una celda de aislamiento, donde nunca se ve la luz del sol. No se sabe si es de día o de noche. Tiene dos lámparas permanentes encendidas, grandes, que no las apagan para dormir. Yo estaba totalmente desorientado. Porque uno les pregunta la hora y no te dicen”.
“Yo expliqué de qué padecía. Cuando yo me sentí muy mal de la acidez mandé a buscar a la enfermera, pero la enfermera jamás vino. Lo único que me dieron fue una toalla, una sábana y una colcha. No me da pena decirlo, porque es parte de la represión de ellos: Me pasé una semana con el mismo calzoncillo, sin echarme desodorante y bañándome sin jabón”, dijo el periodista.
Así mismo explicó el periodista que fue sometido a interrogatorios constantemente, que en un día podían ser 5 o 6 interrogatorios, acusándolo de que su viaje a La Habana era para “ incitar a las personas a que no fueran a las actividades del Primero de Mayo, y que yo iba con un maletín de boletines y pegatinas para tirarlas en la tribuna”.
Tan fue amenazado constantemente, para que cesara de hacer sus actividades humanitarias, que según los represores, “mi intención con mis ayudas humanitarias es subvertir políticamente a esas personas, fíjate si son anormales”, relató Tan Estrada.
En los interrogatorios, cuenta el periodista, los represores se repartían papeles para hacer uno de bueno y el otro de malo, muy al estilo de Hollywood. Uno le decía que saliera del país, “que allá puedes ser lo que tú quieras, crecer profesionalmente”, mientras que el otro lo incitaba a salir porque en Cuba ellos se encargarían de que no fuera nadie.
“Ellos estaban locos porque yo hablara, porque yo mismo me incriminara. Me decían el mismo discurso de diferentes formas. Yo no hablé nada, me mantuve en silencio. Yo solamente les decía, “dónde está el maletín con las pegatinas, dónde están las pruebas”, relató el periodista independiente.
José Luis Tan Estrada contó que durante su estancia en Villa Marista sintió mucho temor, y porque pensó que lo dejarían ahí, “Eso está hecho para reprimir”, contó en sus testimonios.
De igual forma contó que psicológicamente se mantuvo fuerte dándose auto terapia, para poder dar sus testimonios de lo que sucede allá dentro y de la represión que se vive en esas instalaciones del régimen castrista.
“Es tortura psicológica, desde el carcelero, todo el mundo es un hp. Ellos se sienten impunes allá adentro. Uno, que creo que era capitán, me dijo, “te vas a podrir aquí, gusano”, relató Tan Estrada a Cubanet.
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