Alejandro Gil le dan de su propia medicina, pero su tutor Díaz-Canel parece quedar ileso
“Una nota oficial del presidente designado Miguel Díaz-Canel informa sobre un proceso penal que se le sigue al exministro de Economía Alejandro Gil Fernández por actos de corrupción”
El exministro de Economía de Cuba Alejandro Gil recibe una cucharada de su propia medicina, que tanto contribuyó con su servilismo al régimen comunista de La Habana y que tanta miseria ha llevado al pueblo donde más del 80% de la población se encuentra en pobreza extrema.
Al parecer a Gil, que hace gala de su apellido, no le funcionaron las enseñanzas de su tutor, Miguel Díaz-Canel, que luego del desplome de todas las medidas económicas fallidas, hoy se encuentra siendo investigado por la propia dictadura que tanto defendió.
En una nota oficial, publicada por los medios oficialistas, indicaron que, “como resultado de una rigurosa investigación se determinaron graves errores cometidos” por el exministro Gil.
“Teniendo en cuenta el nivel de verificación de los hechos, y a propuesta de la Fiscalía General de la República, el Buró Político del Comité Central del Partido y el Consejo de Estado, aprobaron que los órganos competentes del Ministerio del Interior iniciaran las actuaciones correspondientes para el esclarecimiento total de estas conductas”, explico el medio oficialista.
Sin embargo, hasta el momento se desconocen cuales fueron los hechos a los que hace referencia la nota emitida por el gobierno dictatorial en relación con Gil Fernández.
Según ha indicado la nota publicada en los medios oficialistas, el propio Gil Fernández habría reconocido “las graves imputaciones y en consecuencia, renunció a su condición de miembro del Comité Central del Partido y de Diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular”.
La historia se repite, la situación actual exigía algunos cotes de cabeza
A través de los 65 años, que lleva el régimen en el poder y donde todo se controla a través de la cúpula castrista, la historia de Gil no resulta para nada algo novedoso y escandalizante, pues es un patrón utilizado con frecuencia por el régimen.
Solo basta recordar algunos nombres como Carlos Lage, asiduo e incondicional seguidor del régimen castrista, quien llegó a ser hasta 2009, el Vicepresidente del Consejo de Estado de Cuba, miembro del Politburó del Partido Comunista de Cuba y Secretario Ejecutivo del Consejo de Ministros de Cuba.
Lage llego a ser la mano derecha e intolerable del ya extinto Fidel Castro, quien ordenó quitarles a los trabajadores del sector turismo el modulo de aseo que se les vendía mensualmente, que, si bien era una limosna más del régimen, resolvía algo las múltiples carencias de un sector del pueblo.
A Lage se le sumaron, Felipe Ramón Pérez Roque quien fuera Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba de 1999 a 2009, la misma situación ocurrió con Roberto Robaina González fue Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba desde 1993 hasta 1999, que de igual forma fue acusado por corrupción una vez que dejo de servirle al régimen castrista.
Existe otra novela muy conocida por muchos cubanos, que fue la del general Arnaldo Tomás Ochoa Sánchez, quien fuera condecorado en su momento como héroe de la República de Cuba y que posteriormente luego de un juicio televisado fuera ejecutado por órdenes del dictador cubano.
Increíblemente, cada una de estas personalidades fueron utilizadas con el conocimiento de la cúpula castrista y posteriormente desechados con el solo objetico de levantar la imagen de la dictadura castrista a nivel internacional.
Al exministro Gil lo destituyen de su cargo a inicios de febrero pasado junto a Elba Rosa Pérez Montoya, ministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente por más de una década, así como a Manuel Santiago Sobrino Martínez, ministro de la Industria Alimentaria.
El puesto que ocupaba Gil se le otorgó a Joaquín Alonso Vázquez, quien se desempeñaba como presidente del Banco Central de Cuba.
El hoy presidente designado Miguel Díaz-Canel en ese momento agradeció el trabajo realizado a los destituidos y dijo que les serían “asignadas nuevas misiones”, sin mencionar que, al menos en el caso de Gil Fernández, estaba en curso una investigación en su contra.
Gil Fernández, de 60 años fue una de las caras más visibles de la cúpula del poder en la isla, comenzó su vida laboral en el Puerto de La Habana y luego de pasar por varias empresas fue promovido a viceministro del Ministerio de Finanzas y Precios, cargo que dejó para pasar al Ministerio de Economía y Planificación.
La cúpula castrista, ha utilizado esta misma estrategia cada vez que existe una situación agravada de descontento en la isla, que es la situación actual y lo que busca el régimen es apaciguar este descontento para evitar un estallido social.
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